
Enhorabuena Miguel y todo el equipo de doce.
Verdaderamente los juegos de palabras que me vienen a la cabeza con doce son múltiples. Os hablé de doce y Miguel Gil allá por diciembre y ante su fulgurante estela, no me quedó más remedio que entrevistarle con motivo de su performance en Madrid Fusión y hoy, a punto de avanzar un paso más, resumiré lo que fue aquella entrevista y lo que ha pasado en estos meses.

Miguel lleva más de 20 años en el mundillo y parece que ha germinado en él la semilla del emprendedor, ¿cuáles son sus claves? Siguiendo sus propias palabras, la materia prima, la forma de trabajarla, un equipo reducido pero con un ideal común, un obrador bien dimensionado, ordenado, limpio y a la vista del cliente porque... no sólo es serlo, sino parecerlo!!
Formado en el Espai Sucre y con más de dos décadas de experiencia, Miguel empieza una nueva aventura en doce pastelería. Sus creaciones para esta Navidad aunan genialidad, originalidad y estilo, características siempre presentes en la trayectoria de Miguel.



Decir doce es ahora sinónimo de muchas cosas: una docena de bombones... una docena de caprichos... una docena de sensaciones... una docena de deseos.... un año a punto de empezar. Sí, definitivamente doce (dulce en gallego) cobra nuevas acepciones de la mano de Miguel Gil.

Conocedor de mi debilidad por el dulce, recientemente me mandó un pack degustación que, tengo que decirlo, no duró más de un fín de semana.

Bombones diferentes y exquisitos. Yo diría que son los bombones insignia de este humilde blog: cierra los ojos y prueba, ¿a qué sabe?

Pero doce no es sólo un sitio para cerrar los ojos y probar... es también un sitio para abrir bien los ojos y aprender.